Los avances en las tecnologías de secuenciación, como el código de barras del ADN de los especímenes y el metacódigo del ADN ambiental, han revolucionado la forma de detectar, delimitar, identificar y cuantificar las especies y los conjuntos de especies. Estos métodos permiten a los científicos detectar organismos que los métodos tradicionales pasan por alto y acceder a hábitats que de otro modo serían difíciles -o imposibles- de estudiar.
Muchas observaciones basadas en el ADN afectan a organismos que carecen de nombres científicos formales. Al no estar todavía integrados en los sistemas taxonómicos tradicionales, estos grupos de "taxones oscuros" corren el riesgo de ser pasados por alto en la conservación, la ciencia y la formulación de políticas, a pesar de su amplia distribución, diversidad funcional y considerable biomasa. Sin embargo, los catálogos moleculares de especies permiten a GBIF indexar estos taxones oscuros junto a las especies reconocidas, garantizando que salgan a la superficie en el conjunto global de datos sobre biodiversidad.
Trabajando con un círculo cada vez más amplio de socios y colaboradores, GBIF está ampliando su colección de datos sobre biodiversidad derivados del ADN, desde especímenes de museo con código de barras hasta muestras de ADN ambiental recogidas en la naturaleza. Al incorporar estos datos derivados del ADN, GBIF ayuda a sacar a la luz taxones oscuros al tiempo que avanza hacia una representación digital más fiel de la biodiversidad del planeta.